Aquí y ahora


A veces cuesta no verlo todo negro

A veces cuesta no verlo todo negro

Una habitación de mi casa, la una y veinte de la madrugada.  Eso es mi aquí y mi ahora.

No puedo dormir.  Tengo ganas de vomitar.

Es posible que conozcas a alguna de esas personas con las que no es necesario parecer agradable, con las que te puedes mostrar tal y como eres.  Una persona que proyecta ilusión por lo que hace, dotada de un humor muy fino e inteligente.  Alguien capaz de hacerte replantear tus ideas sin destruir tus ideales, sino generando nuevos puntos de vista que jamás habrías descubierto por ti mismo.   Alguien que enriquece una conversación con su sola presencia, incluso sin hablar.  En definitiva, alguien con la virtud de mejorar a quienes le rodean.

Pues ese alguien acaba de decirme que tiene cáncer de colon.

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Tengo prejuicios


Sí, no me cuesta reconocerlo.

Es pasar por delante de un local de fisioterapia y, basta que encuentre algún cartelito que ponga «Reiki», «Acupuntura», «Osteopatía», «Homeopatía» o cualquier otra disciplina filosófica-espiritual para hacerme salir disparado de ese local y no volver a acercarme nunca más.

Este perrete tampoco creía en esas cosas, pero...

Este perrete tampoco creía en esas cosas, pero…

¿De verdad es tan malo tener algunos prejuicios? En determinadas circunstancias, ¿pueden sernos útiles?

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¿Quién va al Parlamento Europeo a tocarse las pelotas?


¿Se quedará así el parlamento europeo cuando Sus Señorías se cansen de tocarse las bolas?

¿Se quedará así el parlamento europeo cuando Sus Señorías se cansen de tocarse las bolas?

Hace poco amanecí con esa gran duda.  ¿Quién se toca los cojones en el Estrasburgo? Y me estoy refiriendo a los europarlamentarios, claro.

Porque, seamos sinceros, esa gente ni siquiera está en España para que podamos ver cuándo van al «trabajo».  Y si van, no sabemos si hacen otra cosa que chatear con el móvil, cobrar dietas y conocer bonitas ciudades europeas.

Así que, ni corto ni perezoso, visité la web del Parlamento (que es ÉSTA y está bastante bien diseñada, bajo mi punto de vista) y dediqué un rato el viernes pasado para ver qué hacen allí los europarlamentarios españoles.  Y encontré algunas cosas interesantes… emoticono-no-me-fio

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Hipermetropía vecinal


Todos tenemos alguna virtud. Seguro que esta chica es una eminencia en lo suyo.

Todos tenemos alguna virtud. Seguro que esta chica es una eminencia en lo suyo. 😉

En otra entrada que hice hace tiempo ya escribí sobre alguna gente extraordinaria que nos rodea.  Por eso el título de la entrada de hoy:  a veces podemos apreciar y valorar (muchas veces, sobrevalorar) las habilidades de algunas personas que jamás hemos conocido y que nunca conoceremos en persona, pero vergonzosamente pasamos por alto a otras personas mucho más cercanas que, quizá, afrontan retos mucho mayores que nuestros supuestos «ídolos».  Quizá la hipermetropía vecinal nos impide verlos y apreciarlos, por tenerlos demasiado cerca.

Pues hoy quiero hablar de una de esas personas: el compositor, maestro de ceremonias, futuro superdeportista de récord Guinness, mi vecino Héctor.

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La purga


Una de cine.

Imagina un futuro distópico en el que la tasa de paro está en el 1% o menos.  Un futuro distópico en el que la tasa de delincuencia es la menor de todos los tiempos… espera… entonces, ¿por qué es distópico? Eso sería ideal, ¿no?  Quizá lo fuese.  Al menos si pasamos por alto el detalle de «La Purga».

Cada año, sólo durante 12 horas, se permite que la gente asesine.  No hay reglas, todo vale con tal de conseguir que los ciudadanos se «liberen» de sus iras, odios o angustias.  Durante 12 horas todo vale.

Me muero de ganas por verla.  Será mi candidata a la mayor decepción de 2013. ¡Vamos allá! emoticono-ja

P.D.- Espero que en el montaje final arreglen cagadas como la del micrófono que sale en el segundo 45.

La gran extinción


La extinción no nos importa... siempre que sea la de los demás

La extinción no nos importa… siempre que sea la de los demás

Veo mucha psicosis a mi alrededor, mezclada con buenas dosis de cachondeito nervioso, ante la llegada del 21 de diciembre de 2012, fecha que mucha gente se ha empeñado en señalar como el final de la humanidad.

No entiendo por qué tanta gente se encabezona en que los mayas dijeron tal cosa o tal otra.  Si otra civilización viese nuestros ordenadores de los años 90 y comprobase que sólo estaban preparados para contar hasta el año 1999, ¿pensarían que nosotros suponíamos que en esa fecha se acababa el mundo? En fin…

Pues hablando con un amiguete (el maquero recalcitrante) le dije algo así como:

– Incluso si hubiera una extinción masiva, tampoco pasaría nada.  Sólo sería otra más de las muchas que ya han ocurrido.

– ¡¡No jodas!! ¿Es que ha habido más? emoticono-asombrado

Y aquí es donde uno se da cuenta de que no a todo el mundo le gustan los dinosaurios y los periodos geológicos (claro, luego soletegordo me llama friki y yo me cabreo, pero es que algo de razón debe tener).  Pues sí, ya llevamos unas cuantas extinciones masivas.

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