A ver si me ayudáis, que estoy un poco liado.
Imagina que eres el jefe de una pequeña empresa y tienes diez o doce empleados. Imagina también que la gran mayoría son, digámoslo así, empleados «normales». Cumplen con su tarea y no llaman tu atención por ningún motivo. Sin embargo, tienes dos empleados que sí la llaman: Guzmán y Sancho.
Guzmán es un trabajador siempre ocupado: va corriendo a todas partes, nunca ha puesto problemas para quedarse a echar unas horas extra «a la española» (es decir, sin cobrarlas), tiene don de gentes y proyecta dinamismo por los cuatro costados. Sin embargo, raro es el día que acaba con el trabajo que le corresponde. Así que suele pedir ayuda a sus compañeros para que le ayuden a terminar, algo que todos aceptan porque es un tipo, como ya he dicho, con don de gentes.
Sancho es un tipo que inspira tranquilidad, educado, jamás se le ve nervioso ni alterado por nada. Su mesa es un caos absoluto lleno de papeles, tazas de café, restos de comida (¡menos mal que nunca ha manchado un informe!) y suciedad. No obstante, Sancho siempre se las arregla para terminar su trabajo, siempre sale a su hora pero jamás dejó algo sin terminar. Y de forma eficaz, nunca se ha equivocado en algo importante… salvo en que suele jugar al Tetris todos los días durante un par de horas, algo que hace incluso estando delante de ti, que eres su jefe.
Por culpa de la crisis, tienes que despedir a uno de tus empleados y te planteas despedir a uno de estos dos. ¿A quién despedirías? ¿A Guzmán o a Sancho?