Hace un mes publiqué una entrada intentando explicar lo ¿triste? ¿decepcionado? ¿aburrido? ¿apático? que me sentía tras realizar un examen de mi birriosa carrera de informática de sistemas en la UNED.
Intento aprender. Me temo que soy de los pocos estudiantes que no le buscan una aplicación profesional a su carrera. Tan sólo me matriculé en esa carrera por masoquismo, por el puro placer de aprender cosas nuevas. Por eso no pedí convalidaciones y por eso intento entender cada asignatura en vez de intentar aprobar cada asignatura. Porque, en el fondo, creo que lo importante es entenderlas.
El caso es que hice el examen de la asignatura de periféricos y me salió como el culo, suspenso seguro.
Yo había estudiado mucho esa asignatura, centrándome en los conceptos realmente importantes (funcionamiento de las interfaces FireWire, USB y SATA), los periféricos básicos (diseño y funcionamiento de discos duros), formato y tecnología de los soportes de almacenamiento (discos duros, discos ópticos…), pero el examen se centró en cosas (en mi opinión) bastante secundarias y yo lo suspendí como un campeón.
Sin embargo ahora me llega la nota y resulta que tengo un aprobado. 😯
¿Se puede estar triste por haber aprobado un examen? Pues yo lo estoy. O, al menos, no estoy contento.
Ese examen, diga lo que diga la nota, lo suspendí. Creo que yo iba bastante bien preparado para esa asignatura, entendía los conceptos importantes y sabía desarrollarlos. Pero ese examen no iba de eso y yo lo suspendí, no tengo ninguna duda.
Por eso no entiendo la nota. ¿Tenía un día generoso el profesor que lo corrigió? ¿Les asusta quedarse sin un puto alumno en esa carrera, algo no muy extraño viendo cómo están evolucionando las matrículas? No lo entiendo.
En fin, a ver si acabo la carrera algún año y empiezo algo más interesante como, por ejemplo, estudiar chino…
P.D.- Y pensar que este sábado pasado estuve a punto de apostarme con un amigo las cenas de todo un año a que suspendía ese examen… menos mal que no aceptó 🙄