Anécdotas policiales (7)


Nueva entrega de mis anécdotas policiales. emoticono-poder-de-las-estrellas

Semana santa de hace cuatro o cinco años.  Los pinteños sacan a sus santos/vírgenes/dioses en procesión por el pueblo, al igual que ocurre en muchas otras partes de España.  Y allí, en medio de todo el mogollón, estaba yo currando. 😦

Recuerdo perfectamente que había tres procesiones al mismo tiempo en el pueblo y que sólo estábamos disponibles tres policías, así que nos tocaba a un policía por procesión.  Eso significa, en resumen, que nos tocaba apañárnolas como pudiésemos para dirigir el tráfico e ir cortando o desviando la circulación al paso de la comitiva.

Cambiamos el pato por un cura y ya nos podemos hacer una idea de lo que estaba pasando.

Cambiamos el pato por un cura y ya nos podemos hacer una idea de lo que estaba pasando.

No recuerdo cuál fue la que me tocó, pero el caso es que yo estaba cortando el tráfico en el cruce de Isabel la Católica con la calle Egido de la Fuente cuando un señor de unos 50 años se me acercó y, muy educadamente, me dijo:

– Perdone que le moleste…

– Sí, dígame. -respondí yo sin mirarle, porque estaba desviando el tráfico hacia la calle Buena Vista y Doctor Isla-

– Pues verá agente, resulta que hay un joven que está agarrando del cuello al señor cura, por si usted podía hacer algo…

😯

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