Por fin es viernes y me levanto con el firme propósito de no mosquearme. Para empezar con buen pie, decido sentarme a desayunar tranquilamente antes de ir al trabajo. Allí estoy con mi leche y mis galletas de chocolate, intentando que la fiera no me coja ninguna. Pongo las noticias y ¡zas!, primera del día.
Se propone retrasar la edad de jubilación a los 67 años. Con el tiempo se propondrá aumentarla a 70 años.