Honor y muerte en la arena


Honor, reconocimiento, pasión, victoria y muerte. Hoy se ha prohibido en el Parlament de Catalunya las corridas de toros a partir del 1 de enero del 2012.

De pequeño veraneaba en un pueblecito en Aragón donde, en celebración de las fiestas mayores, se hacía un ruedo con los remolques de los tractores y se soltaban toros para que jóvenes y mayores jugaran con un pequeño toro emulando a Manolete, sólo que estos solían ir borrachos.

Poco valor veía yo en siete jóvenes dándole patadas a un becerro medio muerto de miedo. Aunque mi postura este a favor del toro, debo decir que el toreo de verdad (y no el que se practica en demasiados sitios) es noble. La fuerza del animal contra la habilidad del hombre, la astucia frente al músculo. Los toros han representado y representarán a nuestro país durante décadas, pero ha llegado el momento de cambiar. No veo necesaria la prohibición de las corridas, pero si un cambio. Existe una variante que se practica en California donde el toro no muere. Las astas se quedan en su lomo gracias al velcro, y el animal ya no debe sufrir.

Espero que llegué el día en que las corridas dejen de hacerse, pero soy consciente que aún siguen demasiado unidas a nuestra cultura. Como hoy ha dicho Montilla, las corridas se acabaran cuando la gente no vaya a las plazas. Veo el valor en un torero, pero también veo el miedo en un toro, y eso es inaceptable. Somos nosotros, los que debemos dejar de acudir a las plazas, los que debemos entender (y superar) algo tan profundo y cultural como esto.

No os arrastréis por la polvareda que algunos partidos políticos intentan crear con todo esto. Me huele que mañana los periódicos vomitaran sus alabanzas/críticas hacia la medida, como si no hubiese un punto medio.

La razón debe prevalecer sobre la tradición, por eso ya no tiramos cabras desde campanarios. Poco a poco, los toros algún día volverán a estar en el campo, su sitio.

10 pensamientos en “Honor y muerte en la arena

  1. Entiendo muy bien lo de la cuestión cultural, los toros, los toreros y las plazas de toros son algo muy español al igual que la paella y el baile flamenco; pero creo que en algún momento las cosas deben cambiar, la gente y sus actitudes deben cambiar para hacer un poco mejor el mundo en el que vivimos. Aplaudo lo que han decidido y por lo que entiendo hay algunos «animales de 2 patas» que quieren usar esto para atizar ciertas cuestiones separatistas; no quiero entrar en mayores para no exponer mi ignorancia sobre estos temas ya que obviamente no soy español, pero si me siento muy orgulloso de mi herencia cultural, de mi idioma y de la forma en que siento y quiero las cosas que en alguna manera será parecida a la de muchos de ustedes; A TODOS LOS QUE NO LES GUSTE esto de la prohibición de las corridas de toros, con mucho respeto: ¡jódanse!, ya quisiera yo verlos con astas en la espalda y con una espada atravesándoles la nuca… y si no encuentran otra forma de demostrar su valor les recomiendo el salto bungee o lanzarse en paracaidas 🙂

  2. Creo que Sceet ha dado en el clavo con su moderación.

    Al exponer este tema, es muy fácil (y demagógico: ¿Es que no comes carne? vs ¿Es que eres un sádico?) caer en los extremos más opuestos, iracundos e irreconciliables. Incluso mi apreciado Americano cae en una posición extrema («¡jódanse!»), porque este tema toca las sensibilidades de todos.

    Yo, al igual que Sceet, también he visto muchas corridas de toros. Casi todas de niño, en la TV y con mis padres, que les gustaban mucho. Ya de adulto, he tenido que ir (por trabajo) a los ruedos en varias ocasiones, algo que nunca haría por mi propia voluntad.

    No me gusta la ¿fiesta? de los toros. No consigo disfrutar cuando hay sufrimiento por medio y me cuesta entender que alguien pueda hacerlo.

    Entiendo (o eso creo) lo de la lucha entre el toro y el hombre, las suertes y todo eso. Pero aún así, no me gusta. Es más, cuando he estado en algún albero, lo he pasado bastante mal y he procurado no mirar hacia el animal más que lo estrictamente necesario.

    Creo que queda claro que NO ME GUSTA ese espectáculo, ¿verdad?

    Bueno, pues dicho eso tengo que añadir lo que me dijo la pareja de soyari este domingo: «es más fácil prohibir que educar». Una frase muy muy inteligente.

    Para mí, lo ideal sería que se acabasen las corridas de toros… ¡pero no porque las prohíban, sino porque la gente no disfrutase con ellas! Pero no vivimos en un mundo ideal, ni muchísimo menos. Tenemos demasiada tendencia a prohibir, en mi opinión.

    Por eso, yo no estoy contento con la prohibición. Sigo esperando que evolucionemos… 😦

    • Si llevamos el debate al extremo solo existe una salida, prohibir todo tipo de actividad con animales (caza incluida) y volvernos todos vegetarianos.
      Si llevamos esto al extremo no podemos estar defendiendo la vida de un toro y luego comernos su rabo con patatas, es hipócrita e incongruente. No, debemos tomar medidas razonadas y medidas. Entiendo que es una tradición y que no puede desaparecer de un día para otro. No debemos olvidar, ni prohibir, ni renegar, simplemente superar, entender que es un atentado contra la vida más propio de otras épocas y simplemente dejarlo.
      Pero abierta ahora la caja de Pandora y mirando hacia el abismo de lo extremo, quisiera compartir un pensamiento que hace tiempo ahonda mi cabeza. Soy alguien a quien le gusta comer (entiéndase sentado en una mesa más de una hora y con comida de verdad). Y aunque disfruto muchísimo con suculentos trozos de carne, cada día veo más el vegetarianismo como una opción sensata, muy sensata a decir verdad. Hablándolo con una amiga que es endocrina, me contaba que hoy día es posible mantener una dieta vegetariana con seguridad, pero que esperara hasta los 25 porque aún era un poco joven. Somos animales omnívoros, es nuestra naturaleza y no podemos esquivarla. Pero también somos los únicos animales racionales en este ancho mundo y quizá ello conlleve algún tipo de dilema moral mucho más profundo que los llevados hasta ahora.
      No tengo ningún problema con la gente que come carne y de momento solo es un pensamiento, pero me gustaría saber vuestra opinión al respecto. Desde luego el tema de los toros puede abrir un debate interesantísimo con muchos tipos de matices.

      P.D: Volviendo al tema principal, que me he desviado un poco, he encontrado un excelente artículo en El País de Jesús Mosterín, en el que expone la situación desde una vertiente histórica: http://www.elpais.com/articulo/opinion/principio/fin/elpepuopi/20100729elpepuopi_1/Tes

      • Yo creo que perfectamente se puede odiar la ¿fiesta? taurina y luego comerse un rabo de toro, se puede estar a favor de la caza y comerse un pájaro…
        La mayoría de las personas que está en contra de la tauromaquia, lo está porque se disfruta con el sufrimiento de un animal. Yo por ejemplo, odio las corridas de toros, pero no estoy en contra de la caza (y no cazo, que conste). Me parece algo distinto el salir a cazar a las 6 de la mañana solo al monte, si lo comparamos con un gran gentío que aplaude como se va matando poco a poco a un animal.
        Es posible que no todas las modalidades de caza sean iguales, pero el hacerlo para luego comerse al pájaro en cuestión (cosa que es totalmente lógica y natural) no me parece tan desmesurado.

  3. Completamente de acuerdo con el post.

    Las peleas de perros están prohibidas, y no por ello dejan de celebrarse en ciertos círculos, las corridas de toros no creo que lleguen a tanto por el despliegue que necesitan… pero nunca desaparecerán hasta que la gente deje de ir a los ruedos y a disfrutar con ellas.

    A mi personalmente las corridas no me llaman, a pesar de no haber ido nunca a ver una corrida de toros (en Galicia de todos modos debe celebrarse una o dos al año).

    • Una o dos corridas al año? ya solo en Pontevedra (empiezan este sábado) hay cuatro corridas y ya casi no quedan entradas…
      A mi el tema de los toros no me gusta, los que están a favor se escudan en la tradición, el honor, la valentía,…si es así que reabran el coliseo romano y a ver si los cristianos se pelean por entrar con leones demás fieras, seguro que se mueren de ganas de seguir con la «tradición».

  4. La diferencia entre las corridas salvajes de toros y las peleas salvajes de perros reside:
    1º que las peleas de perros estan protagonizadas por dos especies de la misma clase y no existe el engaño como en las corridas.
    2º que las peleas entre animales de la misma especie (dicese perros, gallos, etc.) no son televisadas y los toros sin embargo nos los tenemos que tragar en TV, y no me vale, si no los quieres ver cambias de cadena, por que estamos hablando entonces de una cadena publica que yo tambien pago y no es de buen recibo que mi dinero lo empleen en algo de lo que no me gusta participar.
    3º Que el supuesto valor del torero se tenia que demostrar con el toro en vivo, es decir sin picar y sin la suerte de banderillas; ya que cuando empieza la suerte de muleta, que es en la que se luce el matador, esta ya mas muerto que vivo y en algunos casos casi desangrado por la suerte de varas.
    Por ultimo opino que el supuesto «espectaculo» podria resolverse como ya se ha apuntado, es decir sin el sufrimiento ni la muerte del toro.

  5. Yo no hubiera prohibido las corridas de toros, pues me inclino por aquello que han dicho de que la falta de apoyo popular terminaría por erradicarlas. Tan sólo hubiera prohibido el maltrato físico al animal, pero no sólo en las plazas sino en cualquier lugar y con cualquier especie animal.
    Como dice en ese buen artículo que ha enlazado Sceet llevamos muchos años de retraso cultural y cívico respecto a Europa por lo que deberíamos empezar a replantearnos aquellas tradiciones, parte de nuestro acervo «cultural», en las que de forma innecesaria y cruel hay un maltrato sistemático a un animal (Casi siempre indefenso) por una muchedumbre incapaz de explicar de forma razonable (Quizá por el exceso de alcohol…) porqué piensan que aquello es algo cultural…

  6. Pues que quereis que os diga. Yo parto de la base que estoy contento porque en Cataluña no se volvera a TORTURAR a un toro en una Plaza en nombre de no se que ritos ancestrales. No se volveran a juntar un grupo de personas a fumarse un puro mientras aplauden, vitorean y piden orejas y rabos mientras un animal muere lentamente y dolorosamente desangrado esperando el descabello final. No volveremos a ver como una persona hace un paseillo triunfal por hacer sufrir y matar a un ser vivo.

    No me valen esos razonamientos de que es una lucha de igual a igual entre el animal y el hombre. Para que esto fuera asi tendria que ser uno contra uno, sin la gente que se dedican a marearlos de un sitio a otro para desorientarlos y cansarlos, sin picadores y banderillas que los desangran poco a poco y les quitan las fuerzas, … de igual manera que no se puede comparar como se mata a un toro en una plaza de como se mata a cualquier otro animal en un matadero para comer esa carne. No me imagino a los del matadero clavandoles pequeñas lanzas por el camino, llevandoles de un sitio a otro para marearlos mientras van aplaudiendo y vitoreando cada muerte.

    Lo malo es que esto no se ha hecho por el animal en si, sino porque hay mucha hipocresia. Hipocresia de los que se llaman antitaurinos y han promovido esta iniciativa porque estoy seguro que no van a hacer nada contra los correbous o el toro embolado (Fiestas tradicionales de pueblos catalanes). Es mas, esto lo han hecho en Cataluña porque tenia poco seguimiento desde hace tiempo y porque sabian que la mayoria del electorado y politicos estaba en contra (ya sea por el antinacionalismo o cualquier otra razon). Estoy seguro que no van a seguir luchando para que se prohiba tambien en Madrid o Navarra. Hipocresia por los partidos Nacionalistas que les da igual lo que se prohiba siempre y cuando les distancie de España y les haga diferentes. Hipocresia por parte de los Socialistas porque se han mantenido al margen para que no les reste votos en las proximas elecciones Catalanas. Y hipocresia del PP que van de salvadores de la patria utilizando este tema cuando fueron ellos, hace 20 años, la punta de la lanza para que se prohibieran los toros en Canarias (pero como no era Cataluña no pasaba nada ni se iba a disgregar España. Tengamos la que el Estatut, que en unos sitios denuncian ante el Constitucional lo que aprueban en otras comunidades)

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